En 1973 Hilly Kristal rebautizó el decrépito bar Palace por CBGB en el 315 de Bleecker Street en el barrio del Bowery, en pleno Manhattan, la intención del músico y empresario era transformarlo en un local que aglutinara a grupos de Country, Bluegrass y Blues (como indicaban sus siglas). Sin embargo, acabó convirtiéndose en la zona cero del Punk y la New Wave de Estados Unidos. El CBGB se erigió en el paraíso del rock underground de los 70, en el que empezaron a despuntar grupos como The Ramones, Misfits, Television, The Dictators, The Fleshtones, The Cramps, Blondie o Talking Heads, para acabar albergando a bandas de Hardcore como U.S Chaos, Murphy´s Law o Youth of Today.
Ahora en el 2012, sus dueños han programado un festival de cuatro días en el que participarán alrededor de 300 bandas de rock. Sus nuevos propietarios, entre los que se encuentra la hija de del propio Kristal -fallecido en 2007 a los 75 años-, pretenden que el CBGB sea de nuevo “el lugar que aglutinó el grupo más heterogéneo e influyente de bandas que jamás haya existido”, según publicó The New York Times, y deje de asociarse con el logo de las camisetas que llevan los jóvenes pijos del East Village. Mientras buscan una nueva ubicación, los dueños ya han programado un festival de cuatro días (del 5 al 8 de julio) en el que participarán alrededor de 300 bandas de rock. Los conciertos, según se indica en la página web, se celebrarán en distintos escenarios, desde lugares emblemáticos como el Summerstage de Central Park, hasta pequeños garitos como el Trash Bar en Williamsburg.
Probablemente, ninguno de ellos alcance el grado de emoción y simbolismo que el que ofreció Patty Smith en el CBGB el 15 de octubre de 2006, el día que cerró el club. Fue el último concierto, al menos de la vieja era. Como escribió el propio Kristal: “Tener un club en el Bowery, debajo de un albergue de indigentes, tenía sus ventajas. La renta era razonable”. Casi cuarenta años después, el propietario del local decidió subir el alquiler de 19.000 dólares mensuales a 35.000. Kristal no pudo permitírselo y se vio obligado a clausurar el local.
El hecho de que el alma mater que consiguió convertir al club en un referente de la música underground de Nueva York y que supo aglutinar conciertos y mercadotecnia ya no esté vivo, hace que muchos de los que lo conocieron sean escépticos con el nuevo proyecto. “La gente que ha comprado el club es excelente personas pero me temo que el lugar murió con el fundador”, declaró a The New York Times Richard Manitoba, el cantante de The Dictators.
Sea como fuere, el hecho de que en junio comience el rodaje de un biopic sobre la vida de Krsital, que encarnará en actor británico, Alan Rickmann, y sobre los mejores años de la historia del CBGB, no puede hacer sino extender la fama que, en el fondo, nunca perdió el club.
Sea como fuere, el hecho de que en junio comience el rodaje de un biopic sobre la vida de Krsital, que encarnará en actor británico, Alan Rickmann, y sobre los mejores años de la historia del CBGB, no puede hacer sino extender la fama que, en el fondo, nunca perdió el club.
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